
Laurence Didier, una conservadora del Museo de Orsay Credit Agnes Dherbeys para The New York Times
Crédit Agricole, un banco francés que nunca había contribuido con la restauración artística, donó 450.000 euros para reparar tres obras con el estilo de la academia nacional. Nathalie Mourlon, directora de desarrollo empresarial en Crédit Agricole d’Ile-de-France, dijo que la renovación tenía un atractivo particular.
“Lo que nos gustaba era la visibilidad del proceso”, comentó. “Esto hace que las obras sean más accesibles para el público”.
Para los conservadores, una profesión en la que abundan las mujeres, la atención a un oficio tan solitario resulta gratificante. No obstante, a la mayoría le parece difícil lidiar con olas de ruido, anuncios públicos abruptos y, algunas veces, el golpeteo a través del cubo protector de vidrio, sin mencionar las limitaciones en el uso de solventes químicos debido a su proximidad con el público.
Laurence Didier, quien encabeza el equipo independiente de 13 conservadores que restauran Las mujeres galas, nunca había trabajado bajo la mirada pública. Cuenta que le costó algo de tiempo acostumbrarse a los espectadores, aun cuando ella está de frente al cuadro y da la espalda a los visitantes.
“Todo el mundo es diferente y tiene su propio estilo”, relata. “Yo necesito calma absoluta, así que uso mis audífonos para escuchar música barroca o a Vivaldi”.
Cécile Bringuier dirige el segundo equipo que trabaja en la restauración del Courbet y narra que no es partidaria de que los conservadores estén a la vista. “¿Te gustaría que te observaran mientras trabajas?”, se pregunta.
-FUENTE http://www.nytimes.com/
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Hoy como todo, se hace necesario la participación de la gente para la restauración y conservación tanto de obras de arte como del planeta….Personalmente pienso que el arte es patrimonio de todos. Un legado universal que no se puede dejar perder….